¿Trabajamos por amor al arte?

Como ya sabéis, mi trabajo es la pintura. Un día decidí, además de pintar cuadros, ampliar mi actividad con pequeños artículos ilustrados con la idea de que el arte fuera más accesible a todo tipo de bolsillos y gente. Y también porque me apetecía mucho, para qué nos vamos a engañar. Y es que, es una suerte trabajar sin la concepción de que se está trabajando. Pero lo cierto es que también lo hago por dinero. Desde el momento en que abrí mi pequeña tienda on line, es frecuente que la gente me diga: “venderás mucho por la tienda, ¿no?”, esperando una respuesta positiva y entusiasta. Se extrañan cuando les digo que la mayoría de ventas que recibo son de gente que ya me conocía y que la tienda hace más función de catálogo que de tienda: “¡pero si no paras de hacer cosas!”, dicen.

Cierto, cierto…

L@s mejores clientes

Tengo que decir que personalmente estoy contentísima con el volumen de trabajo (modesto pero suficiente) que tengo y sobre todo, con mi clientela. Me encanta tener esa cercanía adicional, una confianza provocada por el hecho de conocernos. Después está el boca a boca, gente que contacta contigo porque alguien le ha hablado bien de ti y que pasa a ser también cliente. Y es lo que tiene el hecho de trabajar en un proyecto pequeño, que poco a poco vas enriqueciéndote con la gente que está cerca y que además valora el trabajo hecho de otra manera.

A pesar de disfrutar las mieles de tener los mejores clientes que se pueda tener, es cierto que a veces cuesta salir del cascarón. Y con esto me refiero a que hay tantísima oferta dentro y fuera de la red que es difícil ser visible para alguien que no te conoce de nada. El día que alguien de Gran Canaria te encuentra en internet y se enamora de algo que has hecho te entran ganas de abrir el mejor vino que tienes para celebrarlo.

Productos y trato únicos

Esa es nuestra realidad. Como yo, hay cantidad de pequeños comercios que hacen su trabajo de forma diferente y sobre todo, con mimo y corazón. Y como yo, tienen a menudo la impresión de ser invisibles en medio de gigantes que tienen un gran presupuesto para publicidad y que pueden vender a precios muy bajos porque, entre otras cosas, fabrican en serie millones de millones de productos.

Lo que nosotros hacemos no se encuentra en las grandes cadenas. Son cosas llenas de creatividad, a veces incluso personalizadas, que tienen un sello y un sabor personales. Como cuando cocinas para alguien especial.

Compra en el pequeño comercio

Es por ello que creo importante apostar por ese sector de emprendedores y hacer posible un consumo responsable, sostenible y local que mantenga el tejido comercial en pueblos y barrios de ciudades.

De lo que se trata es de aprender a apreciar productos o servicios que pongan en valor:

• la producción local y a pequeña escala
• el comercio con trato de proximidad
• la economía circular
• el talento y originalidad
• los procesos y materiales sostenibles

Así pues, en estas fechas pre-navideñas y en cualquier otra ocasión, te invito a que te impliques y te decantes por el pequeño comercio a la hora de hacer tus compras. Porque es importante apoyar a las pequeñas marcas, promover un consumo con valores y evitar que nuestros barrios se queden sin comercios.

Y además, ¡mereces regalarte y regalar cosas originales y diferentes! 😉